Todo lo que aprendí de un viaje a NYC con una de mis mejores amigas
NYC fue un reto pero también un mega regalo.
Me fui de viaje con una de mis mejores amigas y wow lo que fue ese viaje. No por el viaje en sí, pero por todas las conversaciones que tuvimos, las cosas que vivimos, las cosas que intentamos y los atardeceres que vimos. Fue un recordatorio de que al final de esto se trata sanar. Sanamos no para no que nos deje de doler, si no para poder volver a disfrutar todas las cosas que nos gustan de la vida; para soñar en grande, tener con quien compartirlo, y sacarle algo bueno a todo lo que nos pase.
Este viaje para mi fue un reto y al mismo tiempo un premio. Fue un viaje de darme el espacio mental y físico para volver a disfrutar la vida; en darme permiso de disfrutar, de volver a confiar en mi y en los demás, y de creer que la vida tiene cosas buenas y que si algo malo sale siempre se podrá aprender o mejorar.
Si este viaje hubiera pasado hace mas de un año definitivamente no lo hubiera vivido o valorado así. Por tantas cosas que todavía seguía sanando y trabajando en mi, hubiera sentido más culpa y ansiedad que disfrute y felicidad por todo lo que estaba pasando. Por circunstancias de la vida me había desconectado completamente de mi y hace un año eso se reflejaba en todas las cosas que hacía.
Por mucho tiempo vivía enojada con las cosas que me había tocado vivir, vivía enojada con sentir que estaba perdiendo el tiempo “sanando”, vivía enojada con los demás y conmigo misma por creerme defectuosa porque eso a mi me había pasado, y había empezado a sanarlo un poco tarde. Pero hoy lo veo diferente.
Hay veces que la vida te lleva a vivir cosas que si las aprovechas en el momento te pueden ayudar a crecer, pero si no estás consciente que son un aprendizaje, te pueden tronar en el proceso. Y eso a mi me paso. Pero lo que yo no estaba consciente, es que aún cuando truenas siempre puedes aprender, crecer y regresar a ser hasta una MEJOR versión de la que antes eras o antes podías haber imaginado. Porque muchas veces si nos tronamos es porque las bases que teníamos realmente no eran las mejores para seguir por la vida.
Y este viaje no solo me hizo darme cuenta de todo esto, si no también me enseño o recordó tantas cosas, entre ellas, estas te quiero compartir estas:
Vale la pena trabajar en ti. No importa cuanto tiempo o esfuerzo te cueste, el día que te des cuenta que pesa más en tu día todo lo bueno que estás viviendo y creando que lo malo que antes te lastimaba y abarcaba todo el día, es el día que agradeces a tu versión pasada que fue valiente y decidió empezar a trabajar en sí.
Hay veces que los mayores cambios no se ven por fuera, pero tu lo sientes dentro de ti, lo sientes en todo lo que pasa dentro de tu cabeza.
Algo que antes te podía dar ansiedad, ahora no te afecta y no te quita tu paz. Algo que antes te daba envidia, ahora te emociona saber que eso que ves en el otro, no es algo que criticas, es algo que te gustaría aprender y vivir en tu vida. Algo que antes te hacía sentir lástima por ti, ahora te alegras por todo en lo que te has convertido por no tener las facilidades o circunstancias que te hubieran gustado.
Recuerda que sanas para volver a disfrutar, no solo para que te deje de doler. Porque a veces cuando algo nos lastimo mucho nos enfocamos tanto en no volver a caer en eso, en sanar, que sin darnos cuenta nos privamos de muchas cosas buenas y con ello el poder disfrutarlo todo. Porque no hay nada tan bueno que no venga con algo de dolor, pero recuerda que si ya saliste de una no solo sanaste, si no aprendiste muchas cosas en el proceso, para sostenerte, protegerte y hacerte más fuerte si algo parecido llegará a volver a pasarte.
Hay personas increíbles allá afuera, que si no las conoces no es porque no existan, es porque todavía no te ha tocado conocerlas o no te has dado el tiempo de conocerlas. Si puede haber mucha gente que lastima, pero también puede haber mucha gente que te sana y te da más amor y cariño del que te podrías imaginar.
Y por último, va de la mano de la de arriba. No te esperes a que la vida te muestre todo lo bonito que hay afuera, ya sea con gente, personas o situaciones. Mientras llega, empieza a buscarlo todo; ya sea con atardeceres, con películas, situaciones, amigos o personas. Empieza a valorar cualquier cosa que si no estuviera la extrañarías y empieza a dar cumplidos, sonrisas o regalos a los demás. No sabes a quien le podrías alegrar el día o la vida, y sin darte cuenta tarde o temprano todas esas cosas buenas también las veras en ti y en la vida que te rodea y todas esas cosas buenas que empiezas a dar, la vida te las empieza a regresar.

Con amor siempre,
VG
PD. Gracias a las personas que me leen, y las que likean lo que escribo. No saben lo feliz que hacen a mi niña chiquita que tengo dentro.
Un abrazo!